Parte del Programa de Iniciativas Culturales Juveniles (ICJ)

lunes, 25 de febrero de 2013

“Los limeños: Realidades y compensaciones”, por Humberto Pinedo Mendoza



En el 2013 los limeños en la capital son eso "los limeños". Es decir esa pluralidad cultural, social, económica Estos limeños de nacimiento, de accidente, de migración, o de una nacionalidad comprada no saben hacia dónde van. Es cierto que la mayoría de los "limeños " ahora  son de la costa, de la sierra o de  la selva. Cada una con su realidad cultural o sus compensaciones de identidad. Por frustración, por falta de recursos o por una decepción. Ahora en Lima el problema ya no es racial, étnico, sino es una lucha fratricida entre la  barbarie contra civilización.

La Lima de Ricardo Palma, de José Galvez, de Valdelomar, de Sebastián Salazar Bondy ya no es. José Matos Mar nos habla de dos tipos  de  peruanos y de dos sociedades. La oficial y la informal. Para él está triunfando la migrante. De acuerdo a nuestro antropólogo social los cerca de 18 millones de habitantes que viven en la capital  han logrado en diferentes  formas  desarrollarse en los conos. Es esta población que  practica una economía de salvataje económico. Es decir una economía próspera ahora. Pero después que cambie la situación económica mundial no se sabe  en qué posición van a quedar. Es decir una "burbuja" social  que nos puede reventar en la cara.

Expliquémonos. Estos "provincianos limeños" se encuentran entre la economía legal e informal. La mayoría se dedican a la segunda. Es cierto que es el sector socioeconómico  que está colaborando con los sectores modernos para crear una nueva clase media. Cierto que esta nueva burguesía  se dedica a la venta de materia prima, o productos manufactureros primarios, o de comercio de chatarra, o de servicios. En todos estos sectores no existe estabilidad laboral para  sus  trabajadores o poseen sueldos y salarios bajos. Muy atinada Magaly Solier cuando critica la hipocresía de los "provincianos limeños" en nuestra capital. Que auténtica se le siente a esta huantina de corazón.

Tener el orgullo de ser peruano en este Perú del 2013 tiene que ver con el éxito del chef Gastón Acurio. Es decir que como cocineros somos los mejores. Pero a nivel espiritual o cultural eso no les entra a estos peruanos. Como socarronamente e irónicamente diría Iván Thays en España… También somos primeros en tráfico de drogas, en pandillaje. Esa es la Lima que tenemos ahora y que los diarios basura como "El Trome" o "El Chino" todos los días nos recuerdan, con sus crímenes, violaciones y la falta de moral en la población. Hemos progresado. Ahora los pandilleros tienen armas, se drogan, hay más adolescentes sicarios.


Mis padres fueron provincianos pero eran reflexivos. Me decían que por qué  en los pueblos jóvenes, barrios marginales o de la periferia de Lima los provincianos “la tenían sucia”. En cambio uno viaja a sus pueblos y “las tienen limpia”. Es decir la conciencia nueva de ser un limeño mestizo para amar su pueblo todavía no la tienen la mayoría de estos migrantes. Y eso es por falta de formación cívica y por la corrupción imperante que existe en la mayoría de las instituciones  democráticas y de sus representantes. Las leyes para elegir a sus autoridades debe de ser más selectiva y rigurosa como ocurre con las sanciones.

También me he percatado que cientos de parlamentarios, alcaldes o presidentes regionales  dan mucho que desear. Acaso no es cierto que en la mayoría de los pueblos estas mismas autoridades se dedican a negocios turbios, al nepotismo. Ahora ya no son los “blanquitos”, los oligarcas, los gamonales. No, ahora son los mismos peruanos del lugar que se dedican  a  dilapidar los fondos de sus pueblos…

COMPENSACIONES

Esta Lima progresa a nivel macroeconómico, pero que en la población no se vea este adelanto es preocupante. La mayoría de los delincuentes en las cárceles son gente provinciana. Y son los más avezados. Los pandilleros en los pueblos son  los llamados “cholos informales”. Son agresivos, destructores, violentos. Su prototipo sería  el  músico delincuente "Chacalón”. Casi la mayoría de los subversivos pertenecían a este sector de resentidos sociales. Me preocupa que no exista una política cultural coordinada con la del Ministerio de Educación para formar un nuevo hombre con valores. Sino más bien se conforman con crear hombres  insensibles, consumidores o comerciantes informales. Y los que logran una profesión viajan al extranjero para quedarse. El Estado les regaló la educación primaria, secundaria y hasta universidad. Para que después fuguen  a otros países y no paguen ni un centavo como agradecimiento a su inversión social. El costo beneficio es negativo para nosotros.

Compensaciones o hipocresía social. Vemos a los hijos de este sector social en las mejores universidades del Perú como del extranjero. En las mejores instituciones públicas. La relación social con los otros grupos sociales ya no es vertical sino horizontal. Viven creyendo que con el dinero se consigue todo. Esta nueva escala social los blanquea y con su nueva posición social cholean a sus paisanos que no tienen recursos económicos. Perversa ilusión discriminativa de sus pares que nos lleva a una sociedad chicha que no tiene identidad de pueblo desarrollado. Qué tipo de estudiantes estamos formando en las escuelas. Jamás los veremos protestando en las calles para buscar una educación más eficiente como los estudiantes de secundaria de Chile. Es verdad aunque nos duela que esa es la diferencia.

Los medios de comunicación, diarios y televisión juegan un papel  negativo importantísimo para estupidizar más a la población. Para que exista una televisión basura es necesario  que exista un pueblo basura que los alimenta. Cuando esta población cree que nacionalidad es un golazo de Guerrero nos damos cuenta que somos un pueblo precario, subdesarrollado, mediocre y  que no sabe que es lo que quiere. Un país frustrado o traumado socialmente. Algunos dirán que esta se produjo con la captura del Inca Atahualpa por los españoles. Mario Vargas Llosa diría: en qué momento se jadió el Perú. Diría yo que somos los mismos peruanos con nuestras frustraciones, ignorancia y prejuicios que no logramos conseguir que este pueblo reflote moralmente, ni tenga una personalidad cívica decente. En Lima el 60% por ciento de la gente no sabe por qué vota. Y si lo hacen manipulados por las encuestas o los medios de comunicación interesados...


Los partidos políticos no crean cuadros con personas eficientes. Sino cuadros políticos con personas  que están agazapados para tener un cargo público y después dilapidar de los fondos del pueblo. Hay cerca de tres mil juicios de empleados públicos del anterior régimen. Fujimori destruyó la conciencia moral de nuestro pueblo. El sector más esclarecido de personas conscientes y progresistas están luchando para reflotar esta moral, pero la clase política  actual de nuestro país confunden política con politiquería, de  chismografía, de  confrontación  estéril,  de dichos y diretes, escándalos intrascendentes o cuestiones coyunturales sin importancia. No son las proposiciones, las ideas, los planteamientos. Observen a nuestros representantes.

Por eso considero que estos limeños todavía no tienen una formación cívica  suficiente para considerarse ciudadanos. Son simplemente personas que habitan en  un lugar y buscan sacarle el mejor provecho o partido a las cosas. No hay conciencia de respetar a sus semejantes y sus diferencias. Sino más bien un aprovechamiento del presente. Con este comentario no quiero generalizar que la mayoría de estos "limeños" tengan todos estos vicios. Yo amo a mi país y espero que cambie pronto esta situación por una sociedad que se respeta  y en donde se cultiven valores importantes de justicia, libertad, amor y belleza.



Humberto Pinedo Mendoza (Lima, 1947) Ha publicado cuatro libros de poesía: Olguita Amando, Topus, Avizor y Convulsión. Libros de Historia Rostros y Rastros del Callao y La Historia de San Miguel. Incluido en la Historia de la Literatura Peruana de Augusto Tamayo Vargas, César Toro Montalvo y José Beltrán. Ha sido Presidente de la Casa del Poeta del Callao en 1992 e integrante de Gleba Literaria. Incluido en los suplementos dominicales del Comercio y Ojo y en la revista Olandina. Como Periodista ha trabajado en el diario Expreso, Ojo, Oriental el diario Callao y el Faro. Ha sido columnista de las páginas de Historia y Cultura de los diarios del Callao. De acuerdo a los críticos literarios Wolfgang Lutching, César Toro Montalvo y Augusto Tamayo Vargas el poeta Humberto Pinedo practica una poesía concreta de gran significado y sensibilidad social.

Selección poética de Indira Anampa


"Inicio"

Ser la hija de la alegría es un infierno
mientras la verdad caliente me recorre
como heroína pura de la aguja a la vena.

Bolas de pelo cuajándose como piedras en la garganta,
lagos congelados bajo mi carne golpeada,
hojas ardiendo sobre el árbol de mi cabeza,
y los días deformándome los rostros albergados
para ocasiones especiales.

Estable.

Estable como los enfermos que después del accidente han librado la muerte,
pero no saben que de todas formas van a palidecer
hasta quebrarse,
hasta la extenuación.

Siento pena de cada hora que se desprende de mi carne,
pero he de escribir la historia nueva
contada desde la herida.



"Viaje"

Fumo
como quién repite el mito del hombre en las cavernas.
Poseo un corazón que puede desdoblarse,
habitar en ti y en todos a los que me aferro
con las uñas y la carne,
a los que me hundo 
hasta fundirme en un solo movimiento
por el miedo a que mi sangre
fuese un espacio vacío entre mis venas.

Eso mismo es el taller del espanto,
sangre de mi sangre,
cuerpo de mi cuerpo,
un cántico cerrado
desde mi boca hasta el estomago.

No te olvido
y habito en otros
hasta encontrarte.



"Exilio"

Abrazaba la perfección griega de casarme con todo lo que mi sangre arrastrara.
Como los sastres belgas, tenía la intuición de hacer todo a medida.
Deambulaba
como un animal deslumbrado por las luces de un auto
escoltada hasta el exilio
a la casa celda de prisión turca.

Mis ojos  eran dos huecos que reflejaban buitres,
pequeñas hendiduras que no poblarían ni los gusanos.
Aplacé recoger un pedazo de mundo olvidado en algún cajón de la cómoda,
limpiarle el fango al gato muerto olvidado tras la lluvia.
Mi boca era una pequeña cosedura infecta
y dolía hasta el azote de la puerta.

Atravesaron mi incredulidad de niña huérfana
y tuve que arrojar el pequeño cráneo que se ennegrecía en mi bolsillo
como una piedra quemada
no era un ángel
ni una prenda íntima
era mi inocencia
yéndose por la ventana.

Aprendí a conjugar el amor con el dolor
algo así como llorar en francés.

Éste debería ser el poema en que se me va la vida
la caída
el costo de tumbarme sobre las piedras y arrastrarme
por esos caminos que me llevarán a ninguna parte.

Miento mucho cuando digo que el espacio es una invención para medir la soledad.

No estábamos solos.
Compartíamos las mismas miserias.



"Ensayo"

Mis últimos días
los viví como una mosca atrapada  en una telaraña.
Incapaz de moverme en el dominio de mi cazador
despreciando mi naturaleza
mi manera absurda de revolotear sobre la mierda
y alimentarme de ella.

Mis hondos abismos
eran brechas por las que discurría el color dramático de la culpa.

Mi pobre culpa
resbalaba como niños por el columpio
sin saber por qué
sin saber por qué
empecé a parir relojes entre las sombras.

Un estado de estancamiento inmediato
se apoderó de mi marcha fúnebre personal.

Enferma del amor de todos los hombres.
Ensimismada por el engaño irracional
apreté mi cuerpo contra el cuchillo
me hundí en él hasta verlo desaparecer
refugiándose
en algún órgano real
hasta recordar mi prontuario
mis consecuencias
hasta aceptarme y reír con locura
como si todo fuera una puesta en escena
y este
solo un ensayo.




"Destino"

Me despierta el grito del hombre cuando se derrumba
recibe su cara la sangre caliente que lo entorpece
un lluvia que desmorona estúpidas predicciones climatológicas
porque la tierra se calienta a fuego alto
y todos somos cebollas picadas en cuadrados
brillando en una sartén
sin darnos cuenta que no todos al mismo tiempo.

Minifaldas de tantas mujeres que soportaron una mano que se les introdujo
para tocarles algo más que las bragas
produciendo una indignación latente
en cada nervio
en cada hija
y cada nieta
esa información se estamparía como una secuencia ilógica
repetida hasta el hartazgo
por los siglos de los siglos.

Fuiste un hueso atravesado en el cuello de un gigante
que corría enfurecido
perdiendo el aire hasta desplomarse.
Goya pudo a penas capturar el momento en que Saturno te devoraba
y digo a penas
porque tú eras su hijo más querido.
el que prolongaría su descendencia,
pero te tuvo que matar
porque si no la hacía él,
lo harías tú.
Cosas de oráculos.
Avizorar algo que pasará y no le consta a nadie
más que a las fauces gastadas
de un saco negro y sucio que le llaman destino.
Se enrosca como una serpiente por los pies de la virgen
y debemos repetir el acto de esta:
pisarla con fuerza
hasta reventarla.



Reseña


Indira L. Anampa Santa Cruz (Lima, 1989) Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad San Martin de Porres. Publicó su plaqueta Noche en Marte (Ángeles del Papel Editores, Lima, 2009). Es parte de la Primera Muestra Colectiva de Lima Sur, Poesía en el Sur (Urbano Marginal- Editores, Lima, 2009). Parte de sus escritos aparecieron en antologías poéticas nacionales e internacionales como: "Entre exilio y desierto-una muestra poética del cono sur de Lima"  (Unión libre Ediciones),   De quenas y bandoneones 70 voces femeninas Perú-Argentina (Casa del Poeta Peruano), Suicidas Sub-21 (Mondo Krohnela Literatura  Argentina, 2010), Como verdes guitarras de eucalipto (Casa del Poeta Peruano), Nueva antología peruana Post-Hora (Ediciones Espartako), Rito Verbal: muestra de poesía peruana 2000-2010  (Elefante Editores), etc. Otros de sus  poemas  aparecieron en diversos medios literarios, como Marea Cultural, Plumas y Pinceles, La Tortuga Ecuestre, Espartako, Vicio Perpetuo, Pohemia Lux, etcétera.  Ha participado como Co-Locutora Radial del Espacio de Literatura y Arte,  Sólo para Locos (Radio Planicie). Próximamente publicará su primer poemario Patricia Leyton.

sábado, 23 de febrero de 2013

“‘Presbítero Maestro’, entre los grandes museos”, por Raúl Allain


Fuente: terra.com.pe
Para el Cementerio Museo General "Presbítero Matías Maestro", el Mes de la amistad en su día más importante ha significado la reanudación del programa de visitas guiadas, reflejadas ahora en todos los jueves. Atractivos programas e importantes proyectos se conciben como fuente primordial para el factor de visita, como por ejemplo la aparición de las exitosas estampillas con la imagen del cementerio que fueron anunciadas, por la Sociedad de Beneficencia de Lima, en conmemoración de sus 200 años de historia. Los paseos nocturnos iniciados en agosto de 2011, denominados ‘Noche de Luna Llena’, continúan promoviendo las particularidades primordiales del camposanto que se han proyectado en este más de año y medio de funcionamiento. Preponderan en el restablecimiento, la fachada, la espectacular iluminación y las áreas verdes, además de los aportes de historiadores y especialistas. Son estas características y acontecimientos que reconocen la cualidad de museo al primer cementerio general de Lima.

Edificado para resguardar la salud pública, consecuencia de la llegada de la Ilustración que significara el fin de la costumbre de enterrar a los muertos en atrios de iglesias, la llamada “La ciudad de los muertos” fue inaugurada el 31 de mayo de 1808 por el virrey José Fernando de Abascal y Sousa,  bajo la dirección del arquitecto, escultor y pintor vasco Matías Maestro Alegría. Resguarda 766 mausoleos y 92 monumentos históricos propios de disímiles vertientes culturales y artísticas. La trascendencia histórica que implican tanto los esplendorosos estilos arquitectónicos muestra la evolución neoclásica en el Perú correspondiente a los siglos XIX y XX, como los personajes, entre médicos, científicos, escritores, poetas, presidentes, políticos, militares, compositores y filántropos. Hallamos en estas obras un reflejo ideológico de la sociedad, íntimamente relacionada a los valores morales, símbolos referentes a las actividades de los personajes, iconografía tradicional cristiana y greco-romana, imágenes propias del realismo que expresan la vida burguesa de la época y muestras de amor a las imágenes escultóricas. Debemos reconocer que durante el período de la explotación guanera las estatuas de mármol se convirtieron en una exigencia social, demostraban status del óbito y también el prestigio necesario para trascender.

Recordemos, como importante precedente, que en el año 2009 Oscar André Ramírez, Edgar Ascencios y Telmo Cáceres recorrieron las calles y avenidas del cementerio, sumergidos en una búsqueda constante de ángulos y expresiones crípticas, generando el tipo de impacto que originaría el interés en la importancia actual del “Presbítero Maestro”, más específicamente la enigmática. Con hechos como este se advierte el valor histórico y artístico en desconocimiento por la mayoría del gran público, como también la consideración del camposanto entre los cementerios más importantes del mundo, siendo el primer cementerio monumental de América Latina. Poseen la misma magnitud el  Centennial Park  de Adelaide, el Pere Lachaise de París, el Highgate de Londres y el Cementerio General de Guayaquil, entre otros.


Publicado en:


jueves, 21 de febrero de 2013

Dos poemas de Karen Valladares



"Hablaré de mi infancia"


Hablaré de las pequeñas crueldades de la infancia,
Anne Sexton
Hablaré de mi infancia,
de mis vestidos cuadriculados
de mis muñecas polvosas
de mi casa de madera
y dire que soy la segunda hija
 y dire que soy la única mujer
la que siempre jugo sola
con todos los fantasmas de la casa

Hablaré de mi infancia
de las enfermedades que me rodeaban
del viento que congelaba la ventana desplomada
de  las veces que mis padres llegaban del trabajo a media noche
de las voces que venían del patio trasero
de los fantasmas que me hablaban desde el armario
desde el libro añejado que jamás intenté leer
y que no recuerdo su titulo.
desde el vidrio empañado del espejo
otra vez el espejo empañado

Hablaré de mi infancia
sin temor de regresar a ella
a volver a vivirla
 a volver a caminar
con las rodillas empolvadas
con el pelo largo hasta la cintura
con la fría timidez en mis ojos
con el silencio rebalsando en mi boca
con la soledad en mi cuarto
en  las paredes
callándome la voz inocente que guardé toda mi infancia.




"Conocí la poesía"

Si, conocí la poesía, la he visto en sus mejores y peores formas.
La he visto desnudarse ante mí, como si en verdad fuera el mejor de los amantes.
La he descubierto acurrucada comiendo las sobras que caen al piso.
La he visto suicida, sucia, nauseabunda,
la he visto llena de piojos
de sarna,
vestida en harapos,
la he visto tan detestable
tan apestosa,
tan puta,
tan lunática,
tan esquizofrénica.

Nada de ella me espanta.
conozco sus sabores y sus olores
conozco cada rasgo suyo
y no le temo;
Pero ella si me teme
y por eso huye de mi,
y se va temblorosa
A una boca donde mejor la pronuncien.




Reseña


Karen Valladares (Honduras, Tegucigalpa, 1984) Poeta, escritora, gestora cultural, co-directora de la revista de literatura METAFORA, ex miembro del taller literario MASCARA SUELTA, ex miembro de la Asociación de Escritoras de Honduras ANDEH.

Obras publicadas: Ciudad Inversa (poesía). Su trabajo ha aparecido en las siguientes antologías:


Sociedad Anónima, Honduras, 2007; Nueva poesía contemporánea de América Latina 2010, Argentina, editorial Miselena Caserola,(2009); Poesía joven Iberoamericana, 2010, editorial cartonera, Cascada de palabras; Canto de sirena, Colección femenina iberoamericana 2010, editorial cascada de palabras, México 2010. Además, algunos trabajos suyos han aparecido en la Revista de Poesía de la UNAM. Ha participado en el 1er. Encuentro Centroamericano de escritores, Honduras, 2004; III encuentro internacional de poesìa, "EL PACIFICO ESCRIBE", Acapulco, Guerrero, México, 2010; 1er. encuentro internacional de poesía joven Vásquez de Coronado, Costa Rica, 2010. Invitada al XX Festival Internacional de Poesía en Rosario, Argentina, 2012.

Es miembro activo del Movimiento Literario Poetas del Grado Cero, Codirije la Editorial Grado Cero La Cartonera; dirige el blog literario http://karenvalladares.blogspot.com/, La cara inversa de la poesía. Obra en preparación: Ninguna tarde azul (poesía), Maldita Poesía; ambos prontos a publicarse.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Poemas de Emma Robles Trinidad


"Te vi multitudinario"


Quisiera escribir
esta sensación nueva de encontrarte
y no encontrarte

Me sorprendo tanto
el sorprenderme tan poco
no existe más  leyenda
el hombre es hombre y punto
y más que ser hombre
hoy , multitud eres
y la sensación nueva de encontrarte
es: La misma de hace un minuto.
fugaz, FUGAZ





"Poema: Naufrago"


Mi amor naufraga en una isla perdida en el tiempo
desde  otra dimensión paralela a mí

Sé que el náufrago existe mas no sé si era mi leyenda
el unicornio, el que he perdido, el que se fue

Quizás sería él solo en quien habitaba, dulcemente, el legendario
mitad verdad, mitad mentira
en el que el tiempo alguna vez nos hizo verdad
mas hoy nos hace profanos

Es como lo palpable y lejano
lo irreal y lo presente

¡Naufragio...! naufragó naufrago





"Yo no elegí este ajedrez"


Yo no elegí este ajedrez 
Con tronos y peones 
Esta aflicción de vivir muriendo 
O de morir viviendo


Esta pelea antihumana por quién paga la casa 
O que tú me pagues la comida porque yo carezco 
y así, plena, la carencia también 
Al caramelero 
A la malabarista 
Al canillita 
y tanta humanidad esparcida sin poder ser 
Dinero para educarnos 
Dinero para estar sanos 
Dinero para reír 
Dinero para ser hombres


Reflexiono sobre tu aburrimiento tardío 
Y mi aburrimiento precoz 
Para qué remar tanto por el rio 
Si siempre se llega al mar


No elegimos ser hijos 
Tampoco nuestras carencias o enfermedades 
Ni  ser hermanos 
Primos o tíos


No sé cómo y por qué fui humana 
Ni por qué llegué al mundo 
y sin saber esto subsisto


Y como el ajedrez subsistir signada resistir 
Comer, despojar, matar, carcajear 
! He ahí la dicha de ser feliz sin comprender la existencia ¡


Hay también resistencias más nobles 
Aquellas de peones que matan alfiles 
“¡Oh que justo!, ¡oh que injusto!” 
Hay dichas mayoritarias y dichas minoritarias 
Opresión, revolución 
Como opresor o como oprimido 
¿Alguien lo decidió?


Mucho o poco se ha hecho 
La vida a la que nos aferramos transcurre 
Condenados todos al tiempo y al espacio 
Se va... se va la vida 
Tú tardío, grave, doloroso 
y yo precoz, llena de nada


Qué más da, te vas tú, se van todos 
¿Acaso es mejor subsistir así? 
Acaso tiene sentido prohibirnos 
Festejos o desmanes 
¿Qué importa el mundo? 
¿Qué importamos nosotros?


Mundo que te caes a pedazos de egoísmo y hambre 
De explotación y muerte 
De atrocidad cerebral en cada día 
De angustia en quienes no te elegimos 
De falsos reinos y esclavos


Quizá si tenga sentido morir precoz 
Quizá esa sea nuestra primera elección 
Quizá mañana despierte  feliz 
Quizá mañana abracémonos


Yo no elegí este ajedrez





"Fin compañero"


Hoy parada y anclada
en el mismo pasillo
de nuestra primera cita
siento tus huellas pintadas
en cada milímetro del aire

Podría encontrarte
en esa esquina murmurante, polvorienta
al subir la rampa casi sin observarte, observándonos
podrías estar en el espacio sonoro, palabras, ruidos
o en aquella puerta
o en aquella otra


Podrías vivir en el profundo rojo
de pizarras, frases, sílabas
o en el simple atardecer
que despide al sol
y anuncia la noche
Y la noche se pregunta en dónde estás

No lo sé -pronuncia la noche-,no lo sé

De pronto estas, centralmente, en todas partes
y más aún, estas en la nada
¡en la inexistencial nada!
blanca, vacía, diluida, aireada


De pronto estoy parada en el patio
recordándote y viendo 

como se diluye, lentamente, tu recuerdo
imaginando... que tú tal vez, nunca exististe.

Y la certeza máxima
es que fuiste  el ladronzuelo del gran sueño
de puntillas, flagrante y absurdo
te llevaste mis sueños
lejos, lejecitos.





Breve reseña



Emma Robles Trinidad (Lima, 1989) Estudiante de Sociología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Investigadora en Sociología Ambiental. Declamadora, vallejista por excelencia.



martes, 19 de febrero de 2013

"Carta de Julio Cortázar a Octavio Paz: el encuentro con la inmortalidad", por Juan Mireles


Dejé la taza de té sobre la mesilla y al olvido el ardor de garganta con la que he convivido toda mi vida, abrí entusiasmado el tomo dos de Cartas1955- 1964 de Julio Cortázar (editado por la inalcanzable Alfaguara –hablando en pesos).

El tomo uno descansaba exhausto en el librero después de haberlo hecho mío por un par de días. Allí Cortázar sigue siendo joven: profesor normal, catedrático, hombre de viajes por el interior de la Argentina, de dolores por la pérdida de amigos queridos; risas, misivas llenas de humor; poemas, lecturas; Presencia y su seudónimo Julio Denis. Cocó. La otra orillaEl examen. Su tan querido Keats al que le dedicaba muchas horas y del que tanto hablaba. Su tan citado Rilke; aquellas primeras apariciones importantes en SurBesteario; el descubrimiento de los divertidos Cronopios y hasta una carta del fantasma de su padre pidiéndole que firmara en el futuro como Julio Florencio Cortázar y no como Julio Cortázar ya que podrían confundirlo con él (o sea su padre).  En fin. Tantas cosas que le siguen ocurriendo al gran cronopio en ese primer tomo y que me dio la oportunidad de vivir un poco con él, cosa que me parece un gran privilegio.

Con Cortázar estuve en Paris gracias a sus Cartas a los Jonquiéres y ahora cual polizón regreso, escondido en su máquina de escribir, para ver trabajar al que tengo como uno de los grandes escritores latinoamericanos (y del mundo). De intruso, ahí, husmeé un poco para encontrar una de las cartas que con mucha emoción esperaba encontrar -ya el 20 de septiembre de 1954 me había latido el corazón al ver la carta dirigida a Juan José Arreola (otro monstruo del cuento): equinoccio de cronopios: encuentro de dos mundos. No sentí lo mismo al ver la carta respetuosísima que le dirigió a Alfonso Reyes, otro grande pero que me es lejano- entre tantas y fue entonces que apareció el sobre que tanto había esperado. Juro que revisé los destinatarios de aquellas cartas apiladas en un rincón de la estancia y no encontré ninguna dirigida a Octavio Paz (tenía que estar, debía estar, los contemporáneos se habían leído antes, y la admiración era mutua, la carta existía sin duda), sin embargo; ahora sé que mi vista ocultó esa misiva, pues mis ojos advirtieron que al topármela de frente, y con la previa de saber que no estaría, me llenaría de júbilo. Así, después de numerosas cartas vi:

“A Octavio Paz/ París, 31 de julio de 1956/ Mi querido Octavio”.

Cerré el libro; fui por otra taza de té de azahares, que es lo único que mantiene apaciguados a los otros (¿o solo es uno?), y regresé para leer la carta. Mi mayor sorpresa fue descubrir el tema de ésta: El arco y la lira de Octavio Paz: una de las más grandes obras metafísicas-filosóficas-poéticas-ensayísticas de la literatura en lengua castellana. Cortázar, entusiasmado, se desdobló en elogios. Colocó su obra junto a las de otros nombres como Shelley, Keats y Mallarmé. Dijo de El arco y la lira: “[es] el mejor ensayo (y la palabra es chica) sobre poética que se haya escrito en América” y termina con “este libro reduce los demás trabajos paralelos a meras monografías”. Cortázar ya, de tiempo atrás, reconocía al “muchacho Paz” como un gran poeta, pero todavía no le abría la puerta a lo etéreo, a la inmortalidad, sin embargo; con esas palabras escritas en esa carta sacó indudablemente a Paz de la línea del tiempo y fue entonces que lo inmortalizó, como un bautismo que el mismo Cortázar recibiría años más tarde con Rayuela

Leer a dos inmortales justifica un sinnúmero de horas dedicadas a sus obras: digresiones, pensamientos, textos, parte de ideologías que se entregan a tales obras a manera de sacrificio, porque es cuando dejas de ser cuerpo y regresas a lo verdaderamente real; eso que ocurre solamente al terminar de leer la obra de algún eterno.

Tal encuentro epistolar de dos hombres que escribieron acerca de ese otro lado y que terminaron por conseguirlo, fueron capaces de resumir la inmortalidad en una cara escrita en 1956 que, aunque el texto fue escrito por una sola pluma mecanizada,  termina por ser un diálogo.

Bibliografía.
Cartas 2. 1955 - 1964, Alfaguara, 2012, Julio Cortázar.


Reseña

Juan Mireles (México, 1984) Bajo el cobijo de una familia de clase media en decadencia, el autor inicia su vida sin imaginar que su verdadera vocación eran las letras. Desde pequeño ha sentido una imperiosa necesidad de saber de dónde viene y por qué y para qué nació. Así inicia una carrera en busca de respuestas a través de la filosofía: desde Parménides, pasando por Sócrates, Platón y Aristóteles, hasta saltar de época en donde encuentra a Descartes que viene a reafirmar su ideología. Esto lo acerca a la literatura que no ha vuelto a dejar y que goza tremendamente con cada lectura.

Es Director editor de la revista literaria independiente Monolito (México). Prologó el libro Job aterdio del escritor español Javier Sachez. Editorial Seleer. España. 2012. Participó con el ensayo “La violencia como producto de la sociedad” en el Segundo Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez, simultáneo Colima. Formó parte del jurado del I Premio palabra sobre palabra de poesía.

Ha sido publicado en diversas revistas y suplementos culturales de México, España, Perú, Argentina y Colombia.

lunes, 18 de febrero de 2013

Selección poética de Javier Flores Letelier



"El silencio de los justos"

Para salvarnos de una muerte indigna
debiera ser ahora la última vez que te convenzo para hacer el amor 
con la exasperación de las palabras que llevan a dos personas a buscar sus rostros, 
me aconsejó con el cariño y la desesperación 
de un hijo agónico                                          
el sacerdote al que acudía para ver sus garras originar 
el resplandor reverberando en su mirada impenetrable
de traiciones y revoluciones negadas cada nueva centuria
en los golpes en los muros, 
en nuestras sienes cautivas en el pudor y la resignación 
de la rabiosa voz de la fe. 
Creímos en el poder del canto de los honestos 
redimiendo el frío cruel de las iglesias,                                 
que la fuerza de los pechos de los sepultados en el dolor del bien 
está en la voluntad de las armas de los pobres, 
escuchamos venir al océano mercante, el misterio del alimento de las ratas, 
la sotana que nos entregaba el cuerpo del crimen 
donde llorar a los seres queridos 
que aún nos hablan dolientes en las cruces de nuestro trabajo diario.                                                      

Esta tarde te veías confundida y soñolienta,                                                                                                   habías esperado en vano la noche de mi suicidio, 
el reencuentro con mi pronunciación aguardentosa 
y con esa agresiva mujer recorriendo los pasajes entre las lápidas 
que se parecía a tu madre, 
el amanecer luego de contarte el motivo 
por el que agacho la cabeza entre el vigor de tus dedos 
esperando ser arrebatado por los calabozos que insinúan 
en las avenidas mal nombradas  
las marcas humanas de los intentos de escape... 
Diez años atrás, cuando aún era algo más joven que tú 
y estaba frente a nosotros el silencio que llenar 
con baladas, sexo y nostalgia, las rutas letales hacia la libertad
para correr a abandonar los derroteros en las esquinas del agua de lluvia estancada 
en donde detrás del ardor de la conciencia dormida 
hablábamos en silencio de las amenazas de antiguos amigos
para no convertirnos en víctimas ni victimarios
en presencia de lo sagrado o derruido.

Diez años atrás cuando todo lo que tenías 
eran tus esculturas apiladas en una bodega                
demostrándote el arte contenido en los animales cansados, 
tus párpados amoratados después de llorar 
por la impotencia de no poder                                              
agarrar el mundo con tu vientre, sobre tu ombligo 
y hacerlo arder con tu pasión,                              
cuando mi piel era pálida y mi dorso ágil 
y mis pensamientos debían servir al principio que se esconde 
detrás de los objetos, a los objetos de la memoria 
que tienen su propio olor.

Diez años atrás, cuando me hablabas de tu padre desaparecido, 
exiliado por su cariño por el trabajo con la madera 
y por los espíritus 
que descansan en los puños heridos que persiguen las vetas. 
Cuando te hablaba mi padre, 
el castigo de la vergüenza bastarda,                                                   
la angustia de lo divino, la caída de los elementos,                                                                                       ese hombre sonriente, grave y sarcástico, 
músico frustrado, jugador reprimido                                                                                                               que preparó su juventud levantando durmientes abandonados 
de las estaciones de ferrocarriles; en ese entonces
te hubiera encontrado en mis vicios 
en el exilio de la infancia de la lírica cegadora de los barrios 
hablando sedienta de los gritos que escuchaste durante años 
a los que nadie quiso acudir.                             


Sigo protegiendo la tierra que fue negada por el miedo a las represalias,
las ideologías descartadas por el ansia de descubrir el nombre de la bestia. 
Los crucificados pronto nos dejarán sus semblantes desdentados 
esperando como luces en los palomares, 
la advertencia de los perros negros en la entrada de los templos
declamando sed y hambre sin aceptar la gracia ni el perdón. 


Deja que haga esa oración en donde nadie sobrevive la belleza del final, 
no sé si regresamos  tras quemarnos en la solidez incuestionable 
de los universos subterráneos, 
si somos el alimento posible o el susurro de la tiranía: 
desaparecemos noche a noche en la narrativa de nuestro siglo.
Veo las fieras atacar lo invisible
para luego agachar la cabeza y volver a sus rincones
impacientes por darle nombres y bailes nocturnos al deseo. 


Hay algo que envejeció en tu sonrisa
que delata la edad de tu ira
y los rasgos agazapados de tu ciudadanía
en donde se refleja la disputa de la sangre nueva 
entre el deber y la venganza. 

Siente mis brazos entre los cadáveres, no me mires si no quieres, 
recuerda que soy un hombre enfermo con los días contados... 
Estaré destruido en algún lugar del océano, en cualquier lugar 
donde mi rostro ya no tenga valor. 
Decidirás continuar buscando tus raíces... 


He construido mi propia miseria 
creo que me revela una luz que brilla en el cielo, 
pero aun así no puedo dejar de escuchar los gritos
de los fieles cuando encuentran los milagros 
en el castigo de las figuras envueltas en llamas;
la lealtad entre los esclavos; recuerda el amarillo de la piel, 
la serenidad después de que las heridas paraban de sangrar... 


La solidez natural de la carne de las manos 
será para los que cumplen el deber de enterrar con su propia fuerza 
a un amigo que fue su padre, 
el perdón y la rebelión ante los secretos que forjaron 
la forma de caminar, 
la sonrisa de quienes te pueden traicionar y robar la vida 
el dorado del iris enfermo, de la ternura y de la piedad; 
honra a tu madre, la fatiga de recordar tu nombre 
hasta la adultez de los cuervos que desprenden la carne de tu espalda. 


El sudor bendijo las frentes de los refugiados
entre el sonido grave del viento en las plantas.
Los dorsos gastados de las aves nocturnas
espiaban el mundo que pasaba ardiendo bajo sus garras, 
el fuego tras las visiones de las cruces negras en la oscuridad, 
el fuego levantado por las crías respirando la humedad encarnizada 
en las llagas de los compañeros entumecidos en el veneno de las polvaredas.


La esencia cálida del carbón en el viento 
tocó la frente del condenado antes del sonido de los disparos
rasgando la madera pálida 
de las habitaciones abandonadas donde el retrato del dictador 
infecta y enmudece a los que aún pueden correr por sus vidas. 
La sangre llenó la visión de la luz bajo cada roca, 
las alas imaginarias de los terrenos devastados, 
el ruedo del alma de las máquinas 
impregnadas con el olor de los alimentos descompuestos 
que las criaturas perseguidoras del sol de la frontera
cargan en sus consciencias.
La aurora del humo en el polvo se carboniza en mi vientre,
y los que han sobrevivido observan sus cicatrices 
como a imperios malditos que no desaparecerán,
la memoria es la mayor de las bestias;
el río y el color de mis venas, 
es lo que puedo ofrecerte para ser el padre de tus hijos, 
confiarte la historia de los sitios en los que pernocta el transeúnte rebelado,
su final, el final de sus pupilas violetas 
por el mundo de recuerdos reflejados,
derrotados y soñadores por la pérdida de sangre 
en su decisión de enfrentar a la justicia humana 
para entregar la descendencia del enigma de la voluntad propia,
los mitos que los guardianes de los límites enfrentan 
en los orígenes de sus causas cada vez que empuñan sus armas.
El viaje al destierro significa resistirse a negar los hechos
que las apariciones del camino relatan,
me acuerdo de sus ingenuas y verdaderas revelaciones 
cada vez que me alejo de la ciudad para adentrarme en la inocencia y la violencia
de su entendimiento, para buscar la tierra  
a la que llegaron los conquistadores perdidos 
en la niebla de las trazas de sus manos
destruyendo todo el nuevo mundo que abrían a su paso, 
violando a mujeres malheridas
intentando encontrar en los dibujos de sus ropas ultrajadas 
sus corazones cruzados por las mismas armas construidas
para proteger la dignidad de la fragilidad terrenal
de la memoria perpetua de las guerrillas bajo las tormentas... 





"Del frío de la fe"


la sangre en las fauces de la bestia
su memoria, el hambre de ver en la oscuridad
la caída del niño poeta y la creación del alma del criminal
en esta gran avenida iluminada
en la que los adolescentes y los viejos
sueñan su suerte cada nuevo siglo,

la niña pequeña concentrada en el sonido de los golpes
desde el otro lado de las almas de los muros
obligada a responder que es la mujer culpable de no albergar 
toda la violencia en su vientre como dicen las escrituras
y por no ser la agradecida superviviente para todas las jerarquías innombrables, 

el habitante de la frontera que juró destruir la ciudad con sus manos
si no volvía a ver a los espíritus de sus hijos
anunciar algo coherente que le pudiera dar de comer otra vez 
como lo hizo el pasado amor a la inmortalidad
con la posibilidad de no ser un cuerpo de la guerra
y la certeza de que ningún líder
poseyera la explosión de su muerte,  

las historias de los niños asesinos 
que recordaron la ira esencial 
del pacto obvio pero oculto del juego de sus hermanos 
y que fueron callados con el trabajo letal
de cavar las zanjas que separan y distribuyen el veneno de los pueblos 
se evocan para sentir la lejanía durante algunos minutos de paz.

los hombres solos en los portales de las iglesias cerradas
no esperando por el inicio de la vida 
toman lo que les pertenece.
se es más la ausencia
de los seres queridos:
contemplo el débil resplandor
y el filo del puñal, 
los objetos mundanos en la penumbra
son obvios y descifrables
habitables sin necesidad 
de la luz
quizás por el resto de los años. 




"Épica del invierno"

En la escena de mi muerte, hijo, están los secretos de la naturaleza.
Sacude tus cadenas incitando al caos en las demás celdas, alza la camisa ensangrentada.
No entres al misterio a través de la desolación, con el engaño de ser criaturas diurnas. 

Golpeen las tablas de los féretros del mundo extrañas esencias,
que el ángel despierte junto a los jóvenes hermanos marcados por las pestes.
No olviden el compromiso de la naturaleza lúgubre con la libertad de la conciencia humana,
al animal en el sendero aprendiendo su lenguaje de los gritos que lo atemorizan 
viendo pasar el mal que se aleja cruzando el cielo en el cuerpo de un ave, 
entregando su vida a la asfixia de la claridad en las verdades que lo encandilan.

Frotas el agua contra la herida
pero la hemorragia no cede en el sudor frío de los antiguos miedos, 
sin el consejo de la voz profunda en la noción erótica.  
Las mujeres golpeadas declaman, no podremos seguir viviendo sin justicia, 
los hombres perdidos les acarician el pelo pidiéndoles un lugar para pasar la noche, 
los caminos van abriendo caminos.




"El Mañana" 

Y si estuviera enfermo, ¿me cuidarías hasta mi muerte, amigo? 
y si nunca sanara, ¿verías mis ojos amarillos día tras día?, 
cuando tu mujer mire cansada por la ventana, 
me culparías de pasar demasiado tiempo con ella... 
¿Recuerdas quién era el fuerte? 
¿Recuerdas quién era el fuerte de los dos? 
Uno de nosotros tenía cierto temor que lo paralizaba, 
cierto temor que no recuerdo. 
Uno de los dos tenía cierto amor imposible, 
y ella fue a buscarme y lloró de desprecio, 
fue a buscarte para decir que se iba y que no la buscaras, 
partiría a un mundo en donde hay dinero fácil 
si es que aceptas las reglas del juego, 
si les das a todos lo que quieren 
y lloras con ellos en sus corazones cada vez que lo hagan, 
lloras de emoción como una artista en el escenario, 
bebes hasta despertar con la mente en blanco y odiando el pasado... 
Ese es el futuro inevitable, uno de los dos caerá antes 
y no importa si luchamos o no 
por encontrar la pasión de nuestras vidas, 
la encontramos de todas formas, fue fulminante mientras duró. 
Ese es el futuro inevitable, morir juntos como mártires, 
o morir armados y condenados por el mundo, 
como amigos del silencio traicionados por la espera del tiempo. 



"La Ira de Morfeo"
  

el recuerdo vital
de los cuadernos de dibujo y poesía
de la adolescencia,
el aliento alcohólico y cansado
en las calles interminables.


el frío de esta noche te matará
anuncia la luz del padre protector,
se revelan las aves nocturnas,
la ira de los cuerpos eternos.


el frío calcina mi carne en la cripta de los cristales
y en la caída de las almas
se funde en una sola sangre.

                       he despertado.





"Para recorrer la caverna"

Cuidamos del animal herido-
no habrá descendencia
después de que el pueblo sea tomado:
los niños que lloran de hambre
son matados uno a uno
por regla hasta antes del amanecer.

Ayudamos a la que tomamos por nuestra cría
a sentir en el sueño profundo
la respiración de las fieras que perecieron en el frío,
a entrever la ceniza en la tierra conquistada
por la que alguna vez llegó caminando descalzo hasta acá
con los pies cortados y gritando nombres.

Dejaremos los refugios
porque ya no tiene sentido agonizar lejos de los gritos de la gente;
y él – portavoz de los muertos, completo de su sangre-,
con confuso cariño reconocerá
a cada rostro de los seres de la inocencia, 
tendrá la razón para dar nueva vida y caer exigiéndola. 



Breve reseña 


Javier Flores Letelier (Chile, 1982). Es uno de los fundadores del Colectivo artístico cultural Río Negro, editor de la revista homónima y de la Revista de creación literaria La Ira de Morfeo.






Web: www.colectivorionegro.cl
www.revistalairademorfeo.net